Biblioteca Popular José A. Guisasola




Resolución del 18-04-1901


Se ha autorizado a la empresa del Ferrocarril del Sur, para denominar El Perdido a la estación que ha construido en la línea de Tres Arroyos entre Aparicio y Cnel. Dorrego, la nueva estación se ubicaba a la altura de la posta La Flor de El Perdido, por donde cruza el pequeño arroyo que identifica a la población. En 1928 y por el lapso de 69 días, la estación ferroviaria se llamó Francisco Meeks, nombre que fue rechazado, aceptándose el de José Antonio Guisasola hasta que en 1986 se determinó que la localidad llevaría el nombre de El Perdido, Estación José A. Guisasola.-




JOSÉ A. GUISASOLA


Por mi “pueblo casa”
pasaba un pentagrama de acero,
hasta que un hada Semifusa
le escondió tres líneas Blancas


a los habitantes de
El Perdido
le conmovieron
esas dos paralelas huérfanas,
que quedaron infinitas
atravesando este pago,
después de aquel
sortilegio


decidieron ponerlas bajo su protección,
las regaron con agüita de la fe,
las abonaron de esperanzas
y les regalaron el nombre que necesitaban
para bautizar su casona
“Estilo Ingles”,
donde morar, recibir visitas
y crecer en amigos


un pianista trotamundos
vestido de mameluco
y gorra azul
le puso ruedas
a su instrumento


lo montó sobre esas rectas
de luz,
le enganchó un montón
de partituras con asientos,
cargó un número infinito
de melómanos
y los llevó
de canción en canción
atravesando
la pampa húmeda.


en las noches de verano
las chicas de mi pueblo,
los niños y los ancianos
se llegaban hasta la estación
a esperar la llegada del piano


primero
su penacho de humo negro,
luego
sus bocanadas de vapor
y por fin,
su melodía de pitidos


el percusionista Jefe
a cargo de recibirlo
le hacia la segunda voz
tañendo
la campana de bronce


el pianista
dejaba de echarle
carbones y corcheas
al rojo vientre de cuerdas,
y así pasaba
de un “allegro ma non tropo”
a un “adagio”
y se detenía
justo “ a tempo”
besando el andén


los melómanos
subían y bajaban;
iban de una canción a otra
hasta encontrar
su destino musical


Mi “pueblo casa”
estaba de fiesta,
todos amábamos
al piano


Pero un día,
un “presidente sordo”
nos quitó el piano,
las partituras;
y ya no hubo más música
en nuestro oídos


hoy mi “pueblo casa”
agoniza recuerdos,
y carga en su
impotencia,
una tristeza muda


Sus noches,
ya no tienen aquellos sones
de pitidos,
ni ecos
de campanas.


alguien, nos mintió
progreso.
alguien, nos robó
futuro


los yuyos del olvido
no llevan ni traen
melómanos


las chicas se hicieron
solteras,
los niños se hicieron
enanos,
los viejos se hicieron
autistas
y ya no cuentan mas historias;
son estatuas de sal
congeladas
en los bancos de la plaza


en la vieja estación
un farol roto,
un cartel despintado
y un molino sin su rueda
nos recuerdan
que una vez,
vivimos esperanzas.




Fidel (Bocha) García 11/05/14



“Por una biblioteca popular más inclusiva, solidaria y comprometida con la sociedad”
Ir Arriba